El alambre no se caracteriza por su facilidad de manejo. Esto supone un reto constante para los escultores que lo trabajan, entre ellos el artista británico Richard Stainthorp. «El alambre es un material extremadamente difícil de manejar», afirma. «No es lo que uno consideraría automáticamente un “material” para crear esculturas sólidas y tridimensionales. Fue precisamente su dificultad lo que lo convirtió en un reto para mí». Pero a pesar de la dificultad, las obras de Stainthorp capturan la energía y la fluidez de las formas que representan.
Árboles, desnudos y ángeles son los temas con los que nos introduce en su mundo. «Mi obra gira en torno a la belleza de la forma humana. Opté por utilizar formas femeninas más detalladas para lograr la precisión desde todos los ángulos, ya que replicar una curva suave y acertar con una densa masa de alambre, desde todos los ángulos, es casi imposible, pero un gran reto», afirma.
Aunque carecen de toda expresión facial, su postura transmite emoción. A pesar de la rigidez del alambre y su aparente inexpresividad, las figuras de tamaño natural de Stainthorp revelan toda su fluidez a través de las intrincadas formas del alambre.
Nacido en Hartlepool, Inglaterra, Richard creció rodeado de arte, ya que sus padres son profesores de Bellas Artes y pintores. Se graduó en Bellas Artes con especialización en Cultura por la Universidad de Wolverhampton en 1999. Aunque trabaja principalmente por encargo, ha expuesto en diversas galerías del Reino Unido.