La malla de alambre es un material muy versátil utilizado en el arte y, sobre todo, en la escultura. Su adaptabilidad permite crear creaciones que destacan por su solidez o incluso por su ligereza. El sello distintivo de Michelle McKinneyLas esculturas de son las delicado trenzado de la malla, que se transforma en unas bonitas alas metálicas.
Sus etéreas esculturas, rebosantes de color, evocan aves, hojas, mariposas… McKinney, diseñadora de joyas, afirma disfrutar del «contraste entre la solidez del material y la delicadeza y fragilidad de los objetos». La artista comenzó creando joyas, pero pronto se dio cuenta de que quería trabajar a mayor escala, que «quería explorar ideas más amplias, unir diversos elementos diminutos para... crear un todo‘.
Su obra está profundamente inspirada en la naturaleza; como ella misma lo expresa: «Quiero capturar la belleza en el tiempo». Además, McKinney explica que, como artista, le interesa transmitir una sensación de movimiento con su obra, capturando al mismo tiempo cada elemento.
El material más favorecido por McKinney es acero inoxidable, muy presente en la industria, lo que confiere a sus obras un fuerte sentido de contraste entre la dureza del acero y la delicadeza de los objetos moldeados.