Malla metálica para fachadas
La sede del Museo de Lleida, obra del arquitecto Juan Rodón, integra el antiguo Convento de las Carmelitas, una capilla barroca que se ha completado con la arquitectura del museo en torno a su construcción, y que constituye el punto de partida del recorrido expositivo. Parte de la fachada mantiene el antiguo edificio junto con el edificio religioso, que fue utilizado como hospital militar y orfanato, del que sólo queda esta piel. El museo es un ejercicio de contrastes: el exterior es innovador, moderno y minimalista, con una llamativa fachada de piedra nívea. Mientras tanto, el interior se distribuye en espacios poco iluminados, en gran parte revestidos de mármol negro, centrando al espectador más en lo que se muestra que en lo construido. La luz natural es escasa, utilizándose únicamente donde más se necesita, gracias a la apertura de la fachada a través de balcones interiores tras una celosía de piedra natural.
La arquitectura del edificio, un juego de volúmenes superpuestos que alcanza una altura media, ha buscado integrarlo plenamente en el tejido leridano, tras el vacío que dejó el antiguo edificio de la Llar de Sant Josep construido sobre el convento, del que la capilla ha sido conservada y restaurada vinculándola tanto con el territorio como con las personas que allí habitan. Así, el museo se ubica en un punto clave de la localidad y es uno de los lugares de visita obligada en la ciudad por el patrimonio religioso. Para las fachadas de los niveles inferiores y la entrada principal del edificio, el Eiffel 1550 Se utilizó malla arquitectónica, sujeta por el TF-50 Técnica de sujeción.